Niños Indígenas: El presente y el futuro de las comunidades indígenas

 Niños Indígenas: Una mirada de esperanza

Niños Warao de Antonio Díaz
Foto: Dra. Ana Laura

Una de las preguntas ante el futuro incierto que tendrán las niñas y niños venezolanos, que me hacía estos días, observando desde la realidad país es ¿Qué será de ellos en un mañana, dónde la situación es cada día más crítica? Dónde quedarán sus sueños?? ¿Qué será de sus aspiraciones? ¿Qué medios tomarán? Me preocupó y me llenó de intriga pensar en un futuro dónde el presente ya es casi incierto y  vivir en ella cuesta mucho. En las familias que viven en las ciudades muchas veces las posibilidades varían, desde el sector transporte, economía e instituciones de calidad, pero para el que vive a nivel rural, el campesino y el indígena ¿Qué posibilidades tienen ellos? Dónde la distancia, la falta de transporte,la ausencia de liceos y universidades imposibilitan a muchos jóvenes rurales buscar otros horizontes.

Niña Warao de Nabasanuka
Foto: Pbro. Andrés Fernández imc

Recordando mi niñez, me surge muchos recuerdos, algunos que me causan alegría por haber crecido en un ambiente dónde toda la comunidad era tu familia, dónde los jóvenes pensaban en un futuro, y las familias se esmeraban por conseguir los medios para que sus hijos estudiaran y cómo lo decía el director de aquel entonces de mi escuela «fueran alguien en la vida» el que complementaba con el famoso pensamiento del libertador Simón Bolívar “Un ser sin estudio, es un ser incompleto” el entusiasmo de los jóvenes se notaban y se podía visualizar cómo se esforzaban y ayudaban a sus padres, unos lograban irse y luego repentinamente los veía en navidades o vacaciones, pero con los ánimos a mil, después escuchabas que ya había llegado el momento del triunfo, ya eran profesionales, muchos regresaban para ejercer sus carreras en las comunidades, otros simplemente la vida en la ciudad los consumía y se motivaban desde las posibilidades que tenían y las puertas que se le abrían en la ciudad, trabajar y ejercer su carrera en medio de otros.

Foto: Niña Migrante Warao en Brasil

Estando en este 2020 dónde la situación crítica y la inflación del país va creciendo y genera desempleo, falta de oportunidades, recursos, dinero y sobre todo la escazes de alimentos dónde muchos hogares venezolanos no tienen ni un plato de comida en su mesa, se le suma la pandemia del covid-19, un virus que paró el país totalmente, consigo trajo a la luz pública la crítica situación del país, en especial la de las comunidades rurales e indígenas, que por las medidas anunciadas por el poder ejecutivo del país, generó mucha dificultad para estos. Las poblaciones indígenas dentro de su riqueza ancestral, su conexión con el medio ambiente y su cosmovisión, tienen algo hermoso que todo se va enseñando y prácticando de generación en generación, siendo los niños y niñas el futuro vivo del mañana, quiénes heredarán la sabiduría ancestral de la cultura milenaria de sus comunidades, puedo afirmar que para los pueblos indígenas cada ser humano es importante, pero los niños aún más, ellos son el presente y serán el futuro, así que el valor que tienen es importante.

Niños Indígenas Yekwana
Foto: Dr. Luis Bentacourt/ Griam

Observando la realidad que viven las poblaciones Indígenas, me enfoqué en tres grandes situaciones lamentables que viven diariamente las comunidades, que causa dolor y tristeza, aún más, cuando miras que los niños también sufren esas realidades y enfrentan junto a sus padres esos grandes retos y desafíos que la situación país y la pandemia los lleva a vivir. Los viajes en curiara (canoa) aunque ya sabe que algunas comunidades Indígenas utilizan está canoa como medio de movilización en los caños y ríos de sus territorios, últimamente muchas familias y comunidades tenían sus propios motores fuera de borda y embarcaciones, que con combustible viajaban a la ciudad y también era el medio para realizar sus trabajos cotidianos, aún así a raíz de la pandemia, desapareció el combustible y este género que las comunidades Indígenas viajarán en sus canoas más de una semana a la ciudad, en ellos los niños que se suman a ese sufrir, en medio del sol, la plaga y la lluvia, niños que también tiene sueños, anhelos y deseos, pero que por su situación son obligados a vivir en pobreza, olvidados de una sociedad que siguen creyendo que los indígenas no son gente, niños que no tienen posibilidades de estudiar, por falta de instituciones educativas en sus comunidades o por falta de materiales escolares que les impide ver clases, sin medios tecnológicos (internet, radio, cobertura) para ver clases virtuales, pero ¿Qué serán de estos niños que no tienen acceso a una educación de calidad? O en tal caso los ¿Qué no tienen acceso a una eduación?.

Niña Indígena
Foto: A.C Kapé Kapé

Otra realidad que observo es la desnutrición, muchos niños y niñas indígenas fallecen por esta dura realidad, aún más lo que viven en las ciudades y lugares que no se pueden sembrar, miro la realidad de los niños que viven en los vertederos de basura de Tucupita y Ciudad Guayana, me lleno de impotencia, ver sus realidades, sus carencias y su sufrir diario, dónde todos los días van al basurero a buscar alimentos, ropa y juguetes, este último aún más, ya que los niños indígenas viven normal como otros niños y también necesitan de juguetes, ver sus sonrisas es increíble, son niños que viven felices a pesar de su realidad, niños con una mirada contemplativa, que más allá de su sufrir, sonríen a la vida, pero no solo está esa realidad de los vertederos, también existen muchas comunidades que por falta de alimentos, los niños enfrentan a duras penas, dormir con hambre, en llanto y con dolor, como hace una madre indígena para alimentar a su hijo, cuando no tienen ningún ingreso monetario, que son de esos niños que viven en territorios de ciudades, dónde no existen ni terrenos para sembrar ¿Cómo sobreviven? ¿De qué se alimentan?

Familia indígena Warao en el malecó manamo
Foto: Johan Ramos lmw

Por último la situación migratoria, desde el 2016 la situación del país tomó un rumbo caótico, la única salida para los venezolanos fue migrar, salir de sus realidades y tomar otros horizontes, las poblaciones indígenas también les tocó asumir la realidad y mirar hacia adelante, aunque existen poblaciones que viven en fronteras como: Amazonas, Apure, Bolivar y Zulia, otras no tanto, pero aún así, se arriesgaron a movilizarse y buscar un “buen vivir” llevando consigo a su familia, desde el más pequeño hasta el abuelo, pero ¿Cómo viajan? ¿Cómo hacen con el idioma? Pero a veces esas realidades no afectan tanto, porque tan sólo mirar las calamidades que viven en el viaje, es insoportable, dormir en los terminales, pasar el día sin ingerir ningún tipo de alimento, es impresionante como soportan los duros viajes para poder salir del país, ver rostros de niños en terminales y avenidas pidiendo limosna para poder comprar un pancito o un juguito es muy lamentable, pero la necesidad los obliga a huir como forasteros, niños valientes que soportan con paciencia y en silencio su sufrir.

Niños Indígenas Warao
Foto: Dra. Ana Laura

Pensar en la realidad de los indígenas Warao de Pedernales que la situación los obligó viajar a Tucupita por la falta de alimentos en sus comunidades, los Warao de Antonio Díaz que deben viajar a Barrancas del Orinoco para abstacerse de alimentos y así poder llevarlos a sus comunidades, aún sabiendo que siguen movilizandose hasta Brasil, dónde según censo de Acnur ya son más de 8.000 indígenas Warao en territiro brasileño, la situación de los indígenas Pemón de Santa Elena de Uairen que aún siguen migrando diariamente hasta Brasil, los indígenas Wayuü que cruzan sus ríos sin miedo para entrar a territorio colombiano para  poder sobrevir, los indígenas Yukpa que se atrevieron a viajar hasta Caracas para ser escuchados, ya que en su estado no le dan respuesta a sus necesidades. Son situaciones que diariamente viven las comunidades indígenas, pero ¿Quién los escucha? ¿Quién vela por la vida de los niños indígenas? ¿Que será del futuro de estos niños? ¿Desaparecerán las comunidades indígenas en un futuro o acaso vivirán en medio de nosotros pero ya no como indígenas? Son preguntas que me hacen reflexionar y me lleva a pensar y trazar una mirada contemplativa que me lleve a la acción, los niños necesitan ser atendidos, necesitan ser ayudados, necesitan vivir en un ambiente de paz, tranquilidad y esperanza, también son niños, son seres humanos como otro, son gente, son venezolanos. 

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